viernes, 25 de marzo de 2011
LA SANDÍA DE LA ABUELA
Había una vez un chico muy solitario al que le gustaba ir a jugar con sus muñecos de aventura al patio de su abuela.
En este patio, bien al fondo había una especie de sauce desnutrido y tenebroso.
Un día no distinto a otros, el niño estaba jugando cerca del árbol, cuando de repente se abrió un agujero deforme en su tronco. De el un brazo de madera se estiró y le pidió que se acercase arrugando el dedo índice.
- ¿quién sos? (preguntó el niño)
- soy Samuel, tu amigo
- ¿que querés Samuel?
- Tu juguete... dámelo
El niño se acercó quedando así a merced del monstruo, quien lo arrebató triturándolo contra los bordes del hueco.
Cuando la abuela fué a buscarlo... tan solo encontró un brazo ya muy morado recostado en el tronco, y escuchó los gritos de su nieto provenientes de abajo de la tierra.
Casi infartada comenzó a clavarle herramientas de jardín mientras maldecía con toda su alma el episodio, hasta que le llegó el infarto.
Cuando se despertó en el hospital, ordenó cortar el maldito sauce.
Pasaron 5 años
El patio quedó completamente desierto... sin flores, sin pájaros, sin agua, sin vida, pero en el cuadrado de tierra que estaba el sauce, apareció una sandía.
La abuela aterrada levantó el pesado fruto, lo puso sobre su mesa, tomó una cuchilla y la abrió lentamente. En su interior estaba el niño.
- abuela, estaba jugando con samuel y los otros chicos.
el corazón de la abuela reventó en mil pedazos.
x AK 47
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario